El macramé es una técnica de tejido que utiliza nudos en lugar de tejido o crochet. Esta técnica se originó en el siglo XIII en la región de Arabia. Los artesanos árabes usaban el macramé para crear elaborados bordados y decoraciones en los bordes de sus textiles. Con el tiempo, el macramé se convirtió en una forma de arte popular en varias culturas alrededor del mundo.
La palabra "macramé" proviene de la palabra árabe "migramah," que significa "franjas". Los comerciantes árabes introdujeron esta técnica en Europa durante la Edad Media. En Italia, el macramé se utilizaba para embellecer las vestimentas religiosas y los nobles lo adoptaron para adornar sus trajes y textiles del hogar.
Durante la época renacentista, el macramé comenzó a ganar popularidad en toda Europa.
Las reinas y nobles de la época usaban esta técnica para decorar sus vestidos y accesorios. Los barcos mercantes que navegaban por el Mediterráneo también llevaron el macramé a nuevas tierras, difundiendo esta técnica en regiones como España y Francia.
En el siglo XIX, el macramé se volvió especialmente popular en Inglaterra durante la época victoriana, donde se utilizaba para decorar cortinas, manteles, cojines y otros artículos del hogar. Durante esta época, el macramé también se convirtió en una habilidad valorada entre las mujeres, quienes lo consideraban un pasatiempo sofisticado y creativo. Se realizaron numerosos patrones y guías que permitieron a más personas aprender y practicar esta técnica.
A lo largo del tiempo, el macramé ha experimentado resurgimientos periódicos en su popularidad. En la década de 1960 y 1970, el macramé se volvió muy popular en Estados Unidos y otros países occidentales, donde se utilizaba para crear una variedad de objetos decorativos y funcionales, como colgadores de plantas, tapices, bolsos y accesorios. Este resurgimiento coincidió con el movimiento hippie, que valoraba las artesanías y el estilo de vida natural.
En la actualidad, el macramé continúa siendo una técnica de artesanía popular en todo el mundo. Con el auge de las manualidades y el movimiento de "hazlo tú mismo" (DIY), muchas personas han redescubierto el macramé como una forma de expresión creativa y relajación. Desde colgadores de pared hasta joyería, el macramé sigue siendo una forma versátil y hermosa de arte textil.
Vinculación a la Náutica: El macramé tuvo un papel importante en la vida de los marineros. Durante largos viajes en el mar, los marineros solían practicar el macramé para pasar el tiempo. Utilizaban cuerdas de sus barcos para crear artículos decorativos y funcionales, como hamacas, cinturones y redes. A menudo, vendían sus creaciones o las intercambiaban por otros bienes en los puertos que visitaban. Esta práctica ayudó a difundir el macramé por diversas regiones costeras del mundo.
Popularidad en la Corte Española: Durante el siglo XV, la reina Isabel I de Castilla, conocida como Isabel la Católica, era una entusiasta del macramé. Ella y su corte utilizaban el macramé para adornar sus vestimentas y accesorios. La técnica se convirtió en un símbolo de riqueza y estatus social, y la corte española ayudó a promover y popularizar el macramé en toda Europa. Los talleres reales producían intricadas obras de macramé que eran muy valoradas en la época.